8 septiembre 2021

5 consejos que te ayudarán a comer más sano

Comer bien no tiene por qué ser complicado. Si crees que tu alimentación no es todo lo saludable que te gustaría, no dejes de leer, porque hoy vamos a ver 5 consejos que te ayudarán a comer más sano. No vamos a hablar de dietas milagro, ni de sacrificios inalcanzables para la mayoría de los mortales. En su lugar, veremos como solo hay que seguir unas pocas normas muy básicas que nos ayudarán a mejorar nuestra alimentación. Pequeños cambios fáciles de implementar en el ritmo de vida ajetreado que muchas veces nos imponen estos tiempos actuales. Cambios que, si logramos interiorizar en nuestra dieta y convertirlos en hábitos de alimentación saludable, nos ayudarán a cuidar nuestro cuerpo y a sentirnos mejor. ¿Te apuntas?

1. Haz de las verduras tus mejores aliadas

Las verduras son la base sobre la que debes construir una alimentación saludable y por ello son tus mejores aliadas a la hora de comer bien. Estos alimentos son ricos en la mayoría de nutrientes esenciales para el organismo: vitaminas, proteínas de origen vegetal, grasas insaturadas saludables, minerales y fibra. Además tienen un bajo aporte calórico, lo que permite que cuando las comes alcances la sensación de saciedad antes que con otro tipo de alimentos.

Si quieres evitar que verduras frescas se te terminen poniendo malas y tengas que tirarlas a la basura, puedes optar por comprar verduras congeladas. Este tipo de verduras son igual de sanas que las frescas y, como consecuencia de su proceso de congelación, conservan las máximas propiedades nutricionales para que puedas disfrutar de ellas en cualquier momento.


Así, una dieta saludable debe contemplar el consumo diario de verduras, hortalizas y frutas en todas las principales comidas del día.

2. Come de todo

Una alimentación solo puede ser sana si comemos de todo de forma equilibrada. Tu cuerpo necesita toda una gama de nutrientes básicos para poder llevar a cabo sus funciones de forma óptima. Así, las dietas que prescinden de un determinado grupo de alimentos, o las que priman el consumo de algún alimento concreto sobre los demás, difícilmente van a permitir a tu cuerpo obtener todo lo que necesita. 

Por ello, comer bien implica incluir en tu dieta los 6 tipos de nutrientes básicos que necesitas:

  • Hidratos de carbono. Como los que aportan los cereales y las legumbres.
  • Proteínas. De origen vegetal, como las de las verduras, las frutas, los cereales y las legumbres; o de origen animal, como las que te aportan los lácteos, el pescado o la carne, mejor blanca y con poca grasa.
  • Lípidos. Fuente esencial de ácidos grasos. Hablamos siempre de grasas saludables, como las grasas insaturadas. Puedes obtenerlas de alimentos como el aceite de oliva, los pescados azules, de los frutos secos, de las semillas, etc. 
  • Vitaminas. Las obtendrás de las verduras, de las frutas, del pescado, de la carne, los cereales, los frutos secos…
  • Sales minerales. Imprescindibles para el que tu cuerpo pueda llevar a cabo muchas de sus funciones: para el correcto funcionamiento del cerebro y del corazón, para el mantenimiento de los huesos, para el desarrollo de las funciones hormonales y enzimáticas, etc. Son abundantes en las verduras, en los frutos secos y las semillas, en los lácteos o en los cereales integrales. 
  • ¿Y cuál es el sexto? Pues el agua, que no solo sirve para mantener tu cuerpo hidratado, sino que es fundamental para la correcta absorción del resto de nutrientes esenciales. 

3. La organización y la planificación, claves para comer más sano

Seguro que muchas veces no comes todo lo bien que deberías por falta de tiempo, porque no encuentras en el frigorífico los alimentos adecuados o porque no piensas en qué comer hasta el momento en el que aparece la sensación de hambre. Si es así, una buena organización y la planificación a la hora de preparar tus comidas puede ayudarte a comer mejor. Y esto puede aplicarse a todo lo que tiene que ver con la alimentación. Al momento de hacer la compra, llevando una lista de los alimentos saludables que necesitas comprar y no cayendo en caprichos o tentaciones poco sanas; a la hora de hacer un menú que combine todos los tipos de alimentos que mencionábamos antes; al evitar el picoteo o el saltarse alguna comida; al determinar la cantidad de alimentos que pones en el plato, etc.

Otro truco está en comprar alimentos sanos (como las verduras) congelados, que puedes almacenar en tu nevera y utilizar la cantidad que desees en cualquier momento.


Una buena planificación de tus hábitos alimentarios te permitirá ser más consciente de lo que comes.

¡Inspírate con nuestras recetas!

Espárragos con huevo poché y jamón serrano

4 personas
Fácil
15 min.

Guisantes con kokotxas de bacalao al pil-pil

n/a personas
Fácil
25 min.

Pastel de Setas y Salmón

4 personas
Medio
30 min.

4. ¿Quieres comer sano? Aprende a disfrutar de la cocina

Pero no solo es importante lo que comes, sino también cómo lo comes. Y para empezar a comer bien no hay nada mejor que cocinar tú mismo tu propia comida. De esta manera tendrás mayor control sobre el tipo de nutrientes que vas a consumir y podrás cocinarlos de la manera más sana posible, limitando el uso de grasas y aceites, sales o azúcares. Si dispones de poco tiempo, la planificación de la que hablábamos en el punto anterior te será doblemente útil. Asegúrate de tener siempre en casa alimentos de preparación fácil, que no requieran demasiado tiempo de cocinado

Los cocinados sencillos no solo te permiten preservar al máximo todos los nutrientes naturales de los alimentos, sino que además te ayudan a ahorrar tiempo. Un tiempo que podrás emplear en comer tranquilamente, saboreando cada bocado y apreciando todas tus comidas. Cocinar rápido para comer más despacio. 

5. Evita los alimentos ultraprocesados

El término comida rápida no deja de ser un eufemismo para evitar tener que hablar directamente de comida basura o de alimentos ultraprocesados. El consumo de este tipo de comidas conlleva caer en todo lo contrario a lo que hemos hablado en los cuatro puntos anteriores: son alimentos basados en productos de mala calidad; abundan las grasas trans, el uso de azúcares refinados, aditivos alimentarios, conservantes y sal; su aporte nutricional está en total desequilibrio y son altamente hipercalóricos. Si quieres comer bien, mejor mantenerlos lejos de tu dieta. 

Como ves, comer sano no es difícil. Solo tienes que tener claros unos conceptos muy básicos e ir introduciéndolos progresivamente tu día a día. Si eres constante durante los primeros momentos, el tiempo y la repetición harán el resto. Y cuando quieras darte cuenta, habrás incorporado estos hábitos saludables a tu alimentación. 

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