El desperdicio de alimentos es un problema a tener muy en cuenta si queremos seguir cuidando de nuestro entorno y disfrutando de la misma calidad de vida. Hoy te contamos cómo poner tu granito de arena desde casa, reduciendo el desperdicio alimentario con pequeños hábitos de sencilla puesta en práctica.
931 millones de toneladas al año. Esa es la cantidad de comida que se desperdicia en el mundo, según el Índice de Desperdicio de Alimentos 2021 que elabora la ONU, en concreto, el Programa de la ONU para el Medio Ambiente. Para que te hagas una idea, se desperdicia al año ⅓ de los alimentos que se producen, tal y como informan desde la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lo que supone un problema medioambiental, social y económico.
Por esta razón, en el año 2015, los ministros de Agricultura del Grupo de los Veinte (G-20) resaltaron en Turquía “la magnitud de la pérdida y el desperdicio de alimentos (PDA) como un problema mundial” y por esta razón, “alentaron a todos los miembros del G-20 a intensificar sus esfuerzos colectivos para prevenirlos y reducirlos”, tal y como indican desde la FAO.
Para que tú también puedas contribuir a poner tu granito de arena frente a este problema mundial, hoy queremos darte algunos consejos que puedes poner en práctica para reducir el desperdicio de alimentos en tu casa y en tu entorno.
Consecuencias del desperdicio alimentario
Desde la ONU nos envían el siguiente mensaje: “Si queremos tomarnos en serio la lucha contra el desperdicio de alimentos, debemos aumentar los esfuerzos para medir los alimentos y las partes no comestibles que se desperdician al nivel de los minoristas y del consumidor […] Solamente con datos confiables podremos seguir el progreso de la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.
Y es que de no lograrlo, las consecuencias a corto plazo serían el aumento de las emisiones de gases contaminantes, el mayor desperdicio de agua o la sobreexplotación de las tierras, entre otros.
¿Qué puedes hacer tú para reducir estos problemas y poner tu granito de arena para que, entre todos, podamos alcanzar esa meta fijada en los ODS? Te lo contamos en las siguientes líneas.
Consejos para reducir el desperdicio de alimentos
En realidad, aunque a ti te parezcan pequeños pasos, es mucho lo que puedes hacer por tu planeta, como los consejos que te contamos a continuación:
- Planifica tus comidas semanales: de esta manera, cuando hagas la lista de la compra sabrás qué tienes que comprar exactamente y no comprarás de más. Y es que cuando no compramos en exceso, se reducen al máximo las posibilidades de desperdicio alimentario.
- Calcula bien las cantidades: a veces, sobre todo si tenemos hambre, comemos por los ojos. ¿Qué pasa con esto? Que nos echamos más cantidad de comida en el plato que, al final no comemos y que terminamos tirando.
- Conoce bien la duración de los alimentos: para que sepas cuánta cantidad de productos frescos puedes comprar, sin necesidad de que se te pongan malos y los tengas que tirar.
- Consume alimentos frescos congelados: como los que te ofrecemos en Verleal, que proceden de campos sostenibles y que te permiten tener siempre verduras congeladas con el máximo de propiedades siempre a mano. Con nuestras verduras congeladas, solo utilizarás la cantidad de alimentos que necesitas en cada momento y volver a guardar el sobrante congelado para utilizarlo en tu próxima elaboración. Además, todas nuestras verduras están ya limpias, cortadas y listas para cocinar, sin necesidad de que emplees en la cocina más tiempo del necesario.
- Consume por orden de entrada: es decir, pon al fondo de la nevera o de manera menos accesible los alimentos que se caducan más tarde y, a la vista, los que se caducan antes. De esta manera evitarás tentaciones y también tirar comida.
- Aprovecha las sobras: desarrollar la creatividad en la cocina es un ejercicio muy práctico y que, además, en caso de que tengas niños en casa, puedes bautizar como “el día de la imaginación en la cocina” y ver, entre todos, qué receta ingeniosa podéis preparar para no desperdiciar alimentos. Es una bonita manera de iniciarles en un mundo más justo y sostenible.
En resumen: consume con cabeza, da prioridad a los alimentos que se pueden conservar mejor (como los congelados), que provengan de cultivos sostenibles a ser posible y no te dejes llevar por el consumismo.
Cuéntanos, ¿ves factible llevar a cabo estos consejos?, ¿ya lo hacías?, ¿quieres añadir alguno más a la lista que no veas? Te leemos en comentarios.
¡Inspírate con nuestras recetas!
Crujientes de judías verdes y brócoli
Espárragos con huevo poché y jamón serrano
Gratén de judías verdes con tomate
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